Desde 1993, este restaurante ha mantenido la auténtica tradición de la barbacoa coreana, y realmente marca la diferencia.
La comida es tierna, jugosa y abundante. El servicio es rápido y agradable, con un personal que siempre hace sentir a los clientes bienvenidos y brinda un excelente servicio. Además, ofrecen un especial de almuerzo que es muy recomendable.
El Ghlabi marinado es muy popular por su ternura y jugosidad. También se recomienda probar el soufflé de huevo y la combinación de carne de res premium, que incluye costillas cortas y salsas para acompañar. Además, la sopa de cerdo y kimchi es muy sabrosa y tiene un buen nivel de picante.
La experiencia es divertida y no decepciona. Los clientes pueden disfrutar de la comida y la experiencia en un ambiente agradable, con una vibra personal. Aunque el espacio puede ser limitado, esto contribuye a la atmósfera del lugar.
El sake es absolutamente increíble y la limonada casera es muy refrescante. También ofrecen soju con sabor y té de canela para complementar la comida.